Tener razón o ser feliz


Foto: Maud Dampne
La elección es fácil, siempre y cuando se este dispuesto a desocupar el lugar que creemos tener en el juego de las circunstancias. Muchos buscadores claman por conocer a Dios, por encontrar paz y a ellos mismos. Este deseo suele desaparecer al percatarse que no se puede estar en presencia de lo divino sin fundirse en la experiencia. Esto puede resultar atemorizante pero no tiene significado alguno puesto que es otro obstáculo fabricado por el ego. 

No podemos seguir engañándonos y pensar que podemos entrar al cielo conservando algún vestigio de nuestras erróneas percepciones. Es atemorizante porque algo teme morir y desaparecer. Este “algo” que parece temer es tan solo una percepción errónea de lo que eres. 

El “yo” proclama su existencia sin miramientos. Elegir entre una cosa y otra es siempre sinónimo de conflicto, lucha y esfuerzo. Estas son características del autor del miedo, el ego.

Pregunta: Tengo dos hijas, su abuela, mi suegra, parece no quererlas en absoluto y esto me causa un terrible sufrimiento, ¿como hago para dejar de sufrir?

Respuesta: Si te empeñas en tener razón estarás eligiendo sufrir, si perdonas, ni siquiera necesitaras elegir y mucho menos tener razón, si te das cuenta que esta abuela no le hace nada a nadie excepto a ella misma tampoco necesitaras perdonar. Al juzgar creas una cadena imaginaria y surge la idea que las aprisiona a ambas.

Como esta escrito en el libro 'Un curso de milagros' “Nunca sufres por la razón que crees”.





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