Estar “solo” es una gran oportunidad para inquirir. Muchas veces tan solo creemos que estamos involucrados en alguna actividad, no obstante es posible que nos hayamos visto soñando con otro lugar o circunstancia. Sentado a la mesa del desayuno con la taza entre las manos, pero la mente divagando y soñando con otro lugar y otro tiempo.
Foto: Maud Dampne
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Proyectada al pasado o al futuro, intentando resolver antiguos conflictos o futuros problemas. Soñando es que nos perdemos del momento presente, del Ahora.
La ilusión es una forma de evasión. Pero ¿de que nos evadimos? Si el estado de presencia es nuestra naturaleza, ¿por que escapar del aquí y el ahora si es en el presente donde sucede la maravilla?
La respuesta es simple, no eres tú quien se escapa sino la fabricación, la idea que has inventado de ti mismo, idea que esta muy por demás alejada de la verdad. Esta idea que se ha elaborado a lo largo de tu vida no puede existir en el momento presente ni ante la luz de tu esencia. Por lo tanto necesita invitarte constantemente a que te olvides de ti y de tu naturaleza, de la paz y la alegría de ser quien realmente eres.
¡Vuelve! No te dejes arrastrar por la tormenta de pensamientos. Vuelve lo antes posible del sueño soñando en cuanto te percates de la ilusión.
Vuelve y veras que fue un viaje que nunca fue iniciado. Poco a poco la ilusión cederá, poco a poco veras que la contra cara de la ilusión no es la amarga desilusión y veras que lo contrario a la ilusión es la dulce verdad.