Querer estar preparados para los acontecimientos de la vida no es mas que un intento por controlar aquello que percibimos como caótico. Como siempre, el error comienza en la percepción que tenemos de los acontecimientos y circunstancias que nos tocan vivir. La frustración que experimentamos al creer que los hechos son producto de un error nos lleva la  experiencia de la culpa.
Así, convencidos de ser los creadores de este, el ego juega su carta favorita, la culpa. Al identificarnos con los pensamientos hijos de la distorsionada percepción no podemos mas que sentirnos abandonados. Claro esta que las circunstancias siempre serán sorprendentes dado que es parte de nuestro aprendizaje  que así sea. No es necesario vivirlo con dolor y es estando atentos a la gracia de la experiencia que podremos ver la verdad subyacente a todo acontecimiento.
Es verdad que no siempre hemos logrado ser testigos y estar lo suficientemente atentos, mas perdonarnos y estar atentos a nuestra próxima respuesta sera nuestro afán y el camino a la comprensión de nosotros mismos así como también nuestra liberación.

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